lunes, 16 de marzo de 2009

Documento del Movimiento Patria para Todos

La actual crisis internacional que vive el mundo a los argentinos nos llega a través de los medios de información masiva, que receptan los enfoques más rancios de la ideología neoliberal.

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Desde esa visión han estado intentando instalar la sensación de que las consecuencias de la crisis financiera internacional van a llegar a nuestro País mas temprano que tarde. Aprovechan la situación generada en el exterior para intentar confundir a la opinión pública adjudicando la situación actual a errores en la política económica del gobierno. Según ellos, este gobierno se equivoco cuando echo al FMI, cuando estatizo las AFJP, cuando renacionalizó Aerolíneas Argentinas, cuando controlo precios. Pero no explican que son las políticas de este gobierno las que nos sacaron de la recesión más profunda que vivió nuestro país, de la cesación de pagos, de la situación de desempleo más catastrófica de su historia y de niveles de pobreza e indigencia absolutamente intolerables (aunque ellos sí los toleraron e ignoraron durante mas de una década). Omiten, intencionalmente, decir que son las políticas aplicadas desde el 2003 las que nos llevaron a records de crecimiento del PBI, de la actividad industrial, de las exportaciones y de crecimiento del empleo.

Pretenden hacernos creer que este gobierno se equivocó cuando por primera vez en casi dos décadas la inversión publica en escuelas, viviendas, hospitales, infraestructura vial supero en apenas cinco años lo que los gobiernos del neoliberalismo no hicieron en mas de veinte; cuando los jubilados recibieron un 500% de incremento en sus retribuciones en menos de cinco años, cuando se recuperó el salario real impulsando el consumo y la inversión a un crecimiento inusitado si lo comparamos con las tres décadas anteriores. Pero no somos ingenuos, sabemos que lo que está en discusión detrás de esta distorsión de la información es el modelo de país. Un modelo de entrega y exclusión defendido por los sectores concentrados de los medios de información y la derecha vernácula contra un modelo nacional de crecimiento con inclusión impulsado por el actual gobierno. Ante el fracaso de las políticas neoliberales y el éxito del modelo nacional están inquietos y preocupados porque este proyecto se transforme en un modelo de desarrollo y se consolide en el tiempo, terminando con los privilegios de quienes se beneficiaron de la injusta distribución de la riqueza del proyecto desarticulador de la Nación de los 90. Por ello, no toleran que cuando EEUU, la Unión Europea, otras regiones también antiguos baluartes del neoliberalismo y el consenso de Washington se derrumban, la Argentina con una nueva propuesta se sostenga casi inmune ante tamaña crisis económica, política y, porque no, de paradigmas.

No lo soportan, querrían ser ellos los que administran este país utilizando las viejas recetas, para seguir, como lo hicieron, vendiendo nuestra Patria sin dignidad ni autodeterminación. Quisieran que la Argentina tenga que salir a pedir prestado, quisieran que “no seamos soberbios”: que si al mundo le va mal, peor le tiene que ir a nuestro País. Y, si se les pide dos ideas de cómo confrontar esta crisis, balbucean cosas incoherentes sin sentido sistémico utilizando argumentos que rayan en la ignorancia de lo que esta ocurriendo en el mundo. Pregonan la no-intervención del estado, la seguridad jurídica “de los monopolios”, la seguridad jurídica de los negociados de los noventa, la seguridad jurídica de la propiedad concentrada y espuria de la tierra. No saben, o no dicen, que el Consenso de Washington de los ochenta (libre flujo de capitales, libre comercio, no-participación del estado en la economía) es a todas luces un paradigma arrasado por la realidad. No dicen, ni reconocen, que el camino escogido por nuestro país en los últimos años es de todo orden más correcto y ha dados mejores resultados que todo lo que hicieron en mas de dos décadas los que siguieron con los viejos paradigmas; ¿por qué hacen esto?. Porque se sienten cómodos en el papel de cipayos que desde afuera les asignan, esperando que desde allí les digan que es lo que tienen que hacer. Así se intentan configurar en una nueva alianza democrática donde confluyan Carrió, Macri, Cobos, Morales, Duhalde, la Mesa de Enlace de los patrones de estancia y otras expresiones locales de menor cuantía; que sin discutir los temas de fondo pregonan histerismos dibujándolos de propuestas electorales alternativas para el país. No tienen vergüenza. Ni Carrió con sus “Olas de misticismo apocalíptico” ni Macri con sus negociados e ignorancia política, ni Cobos con sus traiciones, primero a la UCR y luego al que le dio de comer, ni Morales el presidente partidario más incoherente con los principios de la UCR en toda la historia de ese partido.

Compañeros, el Proyecto Nacional iniciado en 2003 discute la renta nacional; como generarla, aumentarla y distribuirla. No debemos ser ingenuos en esta etapa histórica, quien no está con el Proyecto Nacional está con quienes ni siquiera tienen proyecto propio, sino que lo esperan de los centros de poder que, a su vez, parecen tampoco tenerlo. No lo dudemos, después de la devastación social, económica y política al que sometieron a nuestro País en las décadas pasadas, hoy tenemos un proyecto , perfectible por cierto, pero lo tenemos. Y, porque lo tenemos, no debemos dejar que nos confundan. La forma más coherente de defenderlo es militándolo. Por ello, nuestra organización realiza este manifiesto:

MANIFIESTO

El Movimiento Patria para Todos manifiesta su apoyo a la compañera Cristina, a su gobierno y los conceptos emitidos y medidas propuestas en la apertura de las sesiones del Congreso Nacional del domingo 1 de marzo de 2009 y en el desafío que la discusión política del presente año implica en términos de la definición de tal proyecto, tanto en el ámbito interno como en el externo.

La gestión de este proyecto con Néstor y ahora con Cristina ha sido exitosa, porque sacó al país de la crisis más profunda que se recuerde en Argentina y la está resguardando de la crisis más profunda que recuerda el sistema capitalista y el poder mundial.

La recuperación de Aerolíneas Argentinas, la renegociación de la Deuda Externa, el mantenimiento de un tipo de cambio favorable, la inversión pública creciente, la protección de los jubilados y pensionados, la coherencia de trabajar al lado de los Sindicatos y Cámaras Empresariales para entender sus problemas y arbitrar sus disputas, y los seis años de crecimiento y record productivos, están indicando los beneficios de un estado activo y presente. Que no se confunda a la población: No le debemos esos éxitos solo al mercado internacional sino al consumo interno, a la inversión pública y privada local y a la implementación coherente de un modelo económico Peronista.

El Estado actuó con sentido de oportunidad y responsabilidad en la Estatización de los fondos que administraban las AFJP poniéndose del lado del pueblo y en defensa de la Justicia Social para garantizar las jubilaciones de los trabajadores y su ahorro. Por ello denunciamos como traidores a la patria a quienes votaron en contra de la estatización de los fondos de las AFJP, ya que esto fue una estafa premeditada que utilizo el ahorro de los trabajadores argentinos para financiar la gran timba internacional que hoy se derrumba.

Hoy, miles de argentinos que viven en Europa y EEUU regresan al país porque aquellos paraísos prometidos, en estos momentos, están dejando de serlo. Lo hacen, porque pueden volver a un país que entiende el derecho y la seguridad jurídica como garantía para los argentinos y los aplica en cada lugar donde un habitante de nuestra patria tiene una necesidad.

Millones de desocupados en España, Italia, EEUU se preguntan ¿ Qué paso con el mundo que prometieron Bush, Camdesus, Cavallo y muchos otros apóstoles del mercado?. Se preguntan si se debe o no estatizar los bancos, se preguntan que será de sus casas, de sus pensiones etc., etc.,. Esos interrogantes carecen de respuesta desde el libre mercado. Los gobiernos subsidian con miles de millones de dólares a los bancos, compañías de seguro, empresas automotrices, etc.; para proteger un sistema que se derrumba. Sin embargo, nada se cambia en la distribución del ingreso, nada se modifica en el poder adquisitivo de los consumidores que se sigue deteriorando, mientras que las entidades beneficiadas con los subsidios se salvan a costa del hundimiento del pueblo.

Ante esta situación en el mundo desarrollado se plantea la necesidad de más participación del Estado. Como el mercado no funcionó se recurre a quien pocos años antes era el malo de la película (o según decían era el problema) es decir El Estado. En el proyecto de nuestra Presidente es imprescindible más regulación y control en la asignación de recursos de la sociedad para una mejor distribución de la riqueza. Es lo que dijo en su discurso de campaña; es lo que implementó desde el primer día de asunción y es lo que sostiene con argumentos y pruebas en cada foro internacional del que participa.

El estado ineficiente fue la bandera de los 90, desde este slogan se destruyo el estado, se endeudó al país para hacerlo dependiente del crédito externo y se desarticularon y remataron a precio vil las empresas públicas, dejando a los ciudadanos a merced de la avaricia del mercado. Así se destruyó el empleo y se extendió y acentuó la pobreza generando una exclusión sin precedentes, para que las multinacionales y el capital financiero se llevaran nuestras riquezas; facilitando, además, todo tipo de estafas protegidas por la ley.

Hoy la situación ha cambiado respecto a la década pasada y, sin duda, ha mejorado muchísimo. Tenemos el desafío de trabajar para que los resultados macroeconómicos obtenidos después del 2003 no retrocedan, para que no haya involuciones políticas que nos hagan perder conquistas alcanzadas y, sobre todo, también para que los nuevos derechos conseguidos sean cada vez más sólidos, más eficaces y contribuyan a mejorar la vida del pueblo, de aquellos que viven de su trabajo, intelectual o manual, agrario o industrial, pero de su trabajo, de su esfuerzo y es claro que la lucha es por eso, incluso con todos los cambios que ha habido, es necesario profundizarlo. Debemos seguir militando con más ahínco para que el bienestar alcanzado sea cada vez mayor y más estable y que la distribución de la riqueza sea más equitativa, terminando con la indigencia y la pobreza..

Entre los nuevos desafíos está el de democratizar la palabra. Lograr que la agenda pública la marque la política y no los medios. Por eso apoyamos la voluntad política de nuestra presidenta de cambiar la ley de radiodifusión emanada de la dictadura militar y que, luego de 25 años de democracia, sigue incólume defendida por los medios concentrados de comunicación; que quieren mantener el monopolio de la información, condicionando la democracia, reemplazando en ese papel a los golpes militares.

Seguimos creyendo en el proyecto nacional planteado en la práctica conducente por Cristina y Néstor Kirchner, que se basa no en la confrontación como quieren contarnos algunos medios de comunicación sino en una efectiva concertación social donde las organizaciones sindicales y las cámaras empresariales son principales actores del proceso en marcha.

Apoyamos a Cristina cuando reivindica una mayor participación del Estado en las actividades estratégicas: Financiamiento, Educación, Infraestructura, y en todas aquellas actividades que sean necesarias para construir el derrotero hacia una Patria Justa, Libre y Soberana.

Mesa Coordinadora

Sergio Carbonetto Kölln

Carlos Benítez

Carlos Lablunda

Julio García

Edgardo Rodríguez del Barrio

Benjamín García Ocaña

se reciben adhesiones en: contacto@patriaparatodos.org.ar

Movimiento Patria para Todos

miércoles, 11 de marzo de 2009

Homenaje a Eva Perón en el día internacional de la mujer



Eva Perón y el Partido Peronista Femenino

La Macri buena


Las luchas por las reivindicaciones de los derechos de la mujer tuvo en el país varias precursoras, pero con la irrupción de Eva Perón y la sanción en 1947, el voto femenino y la consecuente igualdad de derechos de la mujer con los del hombre se hicieron realidad. Entrevista a Ana Macri, una de las delegadas organizadoras designadas en 1949 por Eva Perón y diputada nacional por el Partido Peronista Femenino

Para fines de la década del 40, la Argentina no era precisamente una adelantada en materia de derechos de la mujer, sino todo lo contrario.

El primer país en sancionar el voto femenino fue Nueva Zelanda en 1893, luego lo siguió Australia (1902), Finlandia (1906), Noruega (1913), Dinamarca (1915), Holanda y Unión Soviética (1917), Canadá y Luxemburgo (1918), Gran Bretaña (parcial en 1918, completo en 1928), Austria, Checoslovaquia, Alemania, Polonia, Suecia y Estados Unidos (1919, año en que nace Eva), Bélgica (1919 parcial, 1948 completo), Ecuador (1929, primer país latinoamericano), Sudáfrica (1930, parcial sólo para blancas), Brasil y Uruguay (1932), Turquía y Cuba (1934), España (1931), Francia (1944), Italia y Japón (1946), Argentina y China (1947), Corea del Sur e Israel (1948), Chile, India e Indonesia (1949), Paraguay (1961, último país de América Latina), Suiza (1971). Ya en la década del 80 las mujeres podían votar en todo el mundo a excepción de algunos pocos países musulmanes.

Aunque se había logrado el objetivo de poder votar, la visión de Eva fue más allá ya que comprendió que si la mujer no tenía una herramienta política que la respaldara, la igualdad de los derechos con el hombre sólo quedaría en el terreno de lo formal y no en el de la realidad.

Con ese objeto decide formar en 1949 el Partido Peronista Femenino, que se constituyó en una experiencia inédita y única de verdadera participación femenina sin intervención alguna del hombre, ni en su organización ni en su concepción.

Ana Macri es una testigo privilegiada de esa experiencia, ya que fue una de las delegadas que designó Eva Perón para organizar el partido en el interior del país y una de las primeras diputadas nacionales que tuvo la Argentina.

¿Cómo surge este movimiento?

Para Eva, el Partido Femenino era el arma política fundamental de la mujer. Entonces decide formarlo a través de un congreso con mujeres de todo el país y las convoca en el teatro Nacional Cervantes, donde se hace una asamblea general desde el 26 de julio de 1949 hasta el 31 de julio. Hay un entusiasmo bárbaro y de todas las provincias llegan muchas mujeres. Eva Perón habla de la organización que debe hacerse y se la elige como presidente del partido femenino. Se lo llama a Perón, que en ese momento estaba en el Luna Park en el congreso de los hombres, para que le hable a la concurrencia y así arrancó todo.

¿Y cómo se lleva a cabo la organización del Partido?

En el Congreso se forman las primeras mujeres: 23 delegas censistas, una para cada provincia. Eva dice que por tiempo y por distancia no puede hacerse cargo de toda la organización y que va a mandar a cada mujer, como delegada de ella, para que con sus instrucciones hagan las Unidades Básicas Femeninas, en donde se aliente y se tenga conocimiento de la doctrina Peronista. Y entonces ella las va eligiendo y luego todas tenemos una reunión con Perón.

¿Cómo conoce a Eva?

Yo estaba en la Fundación, en el Hogar de Tránsito número 2, que hoy es el museo Eva Perón. Allí me nombran en el 48 como secretaria a cargo de la dirección del Hogar. Ella viaja en el 47 a Europa y, cuando vuelve, ya se pone de lleno a trabajar en la Fundación, por lo que recorre todos los establecimientos a su cargo, que son muchísimos, y ahí es que me conoce. Ella tenía una obra tan grande, con esa columna de mujeres que atendía y con todos los establecimientos que iba formando: policlínicos, hogares escuela, hogares estudiantiles y cuatrocientas escuelas que después las trasladó a la Nación. Entonces se necesitaba tener personal y acudió a la gente cercana de Perón y justo en ese momento se había intervenido la Sociedad de Beneficencia de la Capital y se había puesto allí al doctor Armando Méndez San Martín (que después fue Ministro de Educación). A cada persona que ella conocía que tenía una función directiva le pedía ciertas condiciones: capacidad de trabajo, honestidad y dedicación

En esa época colocar el adjetivo Femenino al Partido ya era revolucionario.

Estaba en los programas de Perón lo de hacer el voto femenino y Eva puso en práctica lo del partido. Una de las cualidades era su persistencia, su tozudez. No había imposibles para ella. Cuando en la Asamblea dice que va a ser Presidenta pero que va a mandar delegadas a cada provincia, ahí en ese momento no nos nombra, pero nos llama y nos junta en la residencia donde nos conocemos quienes vamos a ir a cada provincia. Entonces, decide mandarme primero a Tucumán.

¿Qué tipo de trabajo iban a hacer?

Inicialmente íbamos nosotros y ella, que había pensado todo, nos había mandado gente anteriormente para buscar lo que sería la sede del partido. Así que nosotros llegábamos con un papel donde estaba nuestro nombramiento como delegada y censista de ella en la provincia. En aquel momento, llegabas allí y cada cual obraba de acuerdo con su forma de ser. Yo fui al gobernador de la provincia y le pedí un medio de locomoción. Me dio un jeep y con un megáfono salí a recorrer la ciudad llamando a las mujeres para que vinieran a la sede central para afiliarse.

¿Qué decía? ¿Se acuerda su discurso?

En la inauguración de la sede hago una conferencia sobre la doctrina peronista y sobre la fundación que está haciendo Eva Perón. Las invito a afiliarse y así van cayendo todos los días nuevas afiliaciones, después empiezo a recorrer las distintas seccionales de la capital de Tucumán y a los tres meses de estar en Tucumán había afiliado a 5000 mujeres. Luego fui a Santa Fe donde en dos años hicimos 658 Unidades Básicas.

Unidades básicas sólo para mujeres...

Sí. En eso Evita era terminante: no quería saber nada con que el hombre interviniera en las unidades femeninas, en absoluto, porque decía que ellos tenían las viejas mañas de la política y que ella quería un movimiento leal, desinteresado y honesto. Yo a veces conseguía los locales municipales y otras veces las mismas mujeres entusiastas daban su comedor o la salita que tenían. Los hombres, donde funcionaba la unidad básica, no podían entrar.

¿Cómo hacían las mujeres para decirle al marido: acá no?

Y... ya lo sabían, y los maridos se lo aguantaban. Aquello era nuevo para el hombre. Igualmente las encargadas de decirlo eran las delegadas. Es decir, yo iba a una casa a inaugurar una unidad básica y ahí ponía en los antecedentes que el hombre no debía intervenir en la formación del movimiento femenino por expresa indicación de la presidenta del partido. Por otro lado, ella nos decía que no quería que los dirigentes se hicieran caudillos. Entonces, una vez que habíamos terminado de organizar, ya nos teníamos que volver para tratar de no interferir en el desempeño de la nueva persona que mandaban para allá.

Usted era la pionera, la piedra fundacional y después seguían la obra. La cuestión era despersonalizar la política.

Sí. Además, nosotros no designábamos a quienes queríamos como subdelegadas. Nosotros íbamos a un lugar y teníamos colaboradoras y las mandábamos una al norte y otra al sur, por ejemplo, para preparar los encuentros con las mujeres. Buscábamos algún lugar para hablarles por primera vez, después se iba por segunda vez y se hacía una reunión más chica de mujeres y se sacaban conclusiones acerca de quién podía servir para ser subdelegada. Se les preguntaba si querían hacerse cargo y si estaban en condiciones y después le pedíamos los datos. Entonces, mandaba una terna, por ejemplo, para Esperanza (Santa Fe) y Eva finalmente elegía.

¿Qué clases sociales estaban representadas en el partido? ¿Solo había gente de clase humilde o todas tenían cierta preparación?

Algunas eran domésticas, es decir amas de casa, pero también había maestras de Santa Fe, empleadas. Yo me acuerdo que Evita me había dicho a mí que ella prefería la gente sencilla, "no esas doctorcitas que después te traicionan”.

Usted dice como que Eva quería despertar la ambición en personas que no la tenía, como la gente del Hogar de Tránsito, para que viva mejor. Pero que desconfiaba quizá en el exceso de ambición.

Bueno eso para la política, para su movimiento que era fruto del esfuerzo de ella y del General, para que no viniera nadie a destruir lo realizado con tanta lucha.

¿Qué esperaba Evita de la mujer, tanto en el espacio público como en el privado?

Quería que la mujer fuera fuerte en su hogar, en la lucha cívica, que tomara su lugar a semejanza del hombre. Lo que no quería era que políticamente, por lo menos en la organización, se mezclara con el hombre porque el hombre la iba a manejar. Y así fue que la mujer se fue haciendo. ¡Si antes, en aquella época, ni siquiera había mujeres que salieran solas! Salían con la madre.

¿Era feminista Evita?

En política era feminista y en su humanidad era femenina. Eso era Evita. Era una mujer de agallas en la política, en la cuestión ciudadana. Y una vez me dijo cuando a ustedes les lleguen a preguntar cómo es que anda con los pobres y se viste con joyas, cuéntenles que no hago vida social más que la oficial, que soy femenina y me gustan las joyas como a toda mujer. Y yo veo que a los necesitados y pobrecitos que vienen a verme les encanta verme así, entonces yo me visto para ellos. Esa es la explicación.


Por Roberto Koira

Gentileza Revista Zoom